martes, 13 de noviembre de 2012

Las múltiples tragedias de la clase media tilinga

La parte tilinga de la clase media Argentina ha venido sufriendo dos tragedias simultaneas: por un lado se les aproximan (o eso sienten) las clase bajas en su ascenso social, pero por el otro, se les alejan las clases altas incluso a mayor velocidad (grandes campestres iluminados por la soja, industriales top, etc).
Situación incomoda si las habrá: que se acerque lo que se desprecia y se aleje lo que se envidia.
Para el tilingo, eso es equivalente a sentirse más pobre, aunque no necesariamente lo sea en términos relativos consigo mismo. Su sensación de pobreza es por comparación con los demás; en realidad no solo la pobreza parecen medir de esta manera, asi por ej, no es difícil escucharlos argumentar sin mucho análisis previo de la forma "Porque no hacemos como X que les va tan bien" (vale aclarar, formula que no es de su propiedad exclusiva, como ya lo mostró Arturo con sus Zonceras de la Autodenigración; igual este es otro tema un poco más amplio).
Esas son sus tragedias socioculturales actuales.

La otra podría catalogarse como económica (aunque en el fondo es cultural): el acceso al dolar.
Luego de haber podido resurgir de las llamas del 2001, el tilingo, ha vuelto a tener capacidad de ahorro. Finalmente es su momento! Pero no, parece que el gobierno se niega por razones muy poco entendibles. "Pago de deuda", "Importaciones", "Corrida bancaria"; obviamente artilugios para ocultar la verdadera razón (razón que aún se desconoce pero debe existir, eso seguro...).

Obviamente, además, los exaspera que sus hermanos inferiores mucho problema no se hagan: estos últimos tienen apenas capacidad de ahorro, y cualquier excedente los dedican al consumo más oneroso o a darse algunos lujos que no son dignos de sus clases: irse de vacaciones, mandar los chicos al colegio, esas pequeñas grandes cosas...

Es así como el tilingo ve cada vez más negritos en las reuniones de padres en las escuelas, y por si no fuera poco, los vuelven a ver, reposera de por medio, en La Feliz.

Qué gritar si no: "Yo me quiero ir todos los años a Punta del Este" (así por lo menos no voy a la Feliz) o "Estamos manteniendo vagos con la AUH" (así por lo menos dejo de ver algunos padres inferiores en las reuniones).

Qué encrucijada! Qué mal que la está pasado el tilingo Argentino!

Esa es su eterna crucifixión: condenado a mirar y añorar para arriba, despreciar hacia abajo, y ni siquiera poder mirar hacia el costado, porque el tilingo, además de envidioso, que quede claro, es individualista. Nunca tendrá un espíritu de conjunto, nunca se podrá ni siquiera alegrar por las conquistas de los que están y siempre estuvieron debajo de él...

No es una buena época la actual para se tilingo. Hay que comprenderlos.

PD : seguramente estoy utilizando incorrectamente o al menos abusando de la palabra "tilingo" pero bueno, suena tan bien.